Antes que todo, quiero que quede claro que siempre he querido que Chile salga campeón. Aun sostengo que creo en la roja. Sin embargo, el partido de ayer me dejó con un gusto amargo. En realidad salí contento del partido. Digo 'salí' no porque haya ido al estadio, sino que porque al terminar el partido mi único sentimiento era de alegría por haber ganado un partido difícil y con buen fútbol ante un rival complicado. Salí satisfecho, no solo porque no nos hicieron la uruguaya - recordaba el amistoso del año pasado en el Monumental - sino que además porque Chile hizo partido inteligente, con buen fútbol y con un rendimiento fuera de lo normal de muchos jugadores.
Lamentablemente, después del partido, en vez de irme a dormir, vi la prensa y recibí muchos mensajes que mostraban claramente "la gracia" de Gonzalo Jara. Está bien, ganamos, pero ¿es lo nuestro? ¿está bien ganar de ese modo?
Alexis Sánchez, a quien cada día admiro más especialmente por lo que muestra fuera de la cancha, decía que un jugador uruguayo le pedía perdón por los golpes, pero que "era su juego". Yo me pregunto ¿cuál es nuestro juego? Hasta hace algunos años eramos uno más, un equipo que tan solo participaba. Ahora tenemos personalidad y, desde Bielsa, Chile sale a buscar resultados y proponer algo. Pero con lo de Jarita nos vamos para un lado que no me gusta y que muchos critican. Así como morder a un jugador o los chanchullos de Grondona, esto no cabe dentro de 'las cosas del fútbol'. Es precisamente lo contrario, es aquello que empaña y ensucia algo tan, pero tan lindo.
Miremos con detención. Aquí hay algo de fondo, la famosa frase acerca de que el fin no justifica los medios. Y creo que tiene razón. No podemos ganar a cualquier precio. Esto es lo mismo que todos los chilenos criticamos en casos como PENTA o SQM, con la única diferencia en que en este caso Chile sale beneficiado. Se trata de aprovecharse de las circunstancias y actuar ilícitamente mientras no te están viendo, sin valores ni principios de por medio. Es cumplir las reglas, jugar limpio, solo si me pillan.
Yo creo en la roja, creo que tenemos una selección excepcional y que es capaz de lograr grandes cosas sin necesidad de jugar sucio. Desgraciadamente perdimos esa posibilidad. Ahora tenemos las manos manchadas por el gesto poco noble de uno de los nuestros, uno que nos representa, no es 'solo él' cuando viste la roja.
¿Cómo no hablar del choque de Vidal? Entiendo que hay que perdonar los errores, Jesús mismo lo enseñó con su vida. Pero también me parece el amor también educa, por lo que no se puede continuar como si nada hubiera pasado. Lo que pasa en el caso del rey Arturo, entre muchas otras cosas, es una disociación entre vida, valores y fútbol. Es tomar demasiado en serio la expresión 'lo que pasa en la cancha se queda en la cancha'.
Afortunadamente, hay cosas rescatables y valorables en medio de todo esto. La complicidad y sentido del humor de Gary Medel, los gestos de agradecimiento y apertura hacia los demás de Alexis Sanchez, junto a lo que hacen en la cancha, nos dan clases y nos muestran lo bueno que han en el fútbol más allá del mismo. Incluso que Sampaoli haya perdonado un error de Vidal es signo de que el fútbol así como humano tiene algo de divino, y que las cosas no quedan solo en la cancha, sino que trascienden personas y realidades. Significa que lo bueno, que Dios mismo, no puede quedar totalmente fuera de una de las cosas más bellas del mundo: el fútbol.
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