jueves, 25 de junio de 2015

¿Queremos ganar así?

Antes que todo, quiero que quede claro que siempre he querido que Chile salga campeón. Aun sostengo que creo en la roja. Sin embargo, el partido de ayer me dejó con un gusto amargo. En realidad salí contento del partido. Digo 'salí' no porque haya ido al estadio, sino que porque al terminar el partido mi único sentimiento era de alegría por haber ganado un partido difícil y con buen fútbol ante un rival complicado. Salí satisfecho, no solo porque no nos hicieron la uruguaya - recordaba el amistoso del año pasado en el Monumental - sino que además porque Chile hizo partido inteligente, con buen fútbol y con un rendimiento fuera de lo normal de muchos jugadores. 

Lamentablemente, después del partido, en vez de irme a dormir, vi la prensa y recibí muchos mensajes que mostraban claramente "la gracia" de Gonzalo Jara. Está bien, ganamos, pero ¿es lo nuestro? ¿está bien ganar de ese modo?

Alexis Sánchez, a quien cada día admiro más especialmente por lo que muestra fuera de la cancha, decía que un jugador uruguayo le pedía perdón por los golpes, pero que "era su juego". Yo me pregunto ¿cuál es nuestro juego? Hasta hace algunos años eramos uno más, un equipo que tan solo participaba. Ahora tenemos personalidad y, desde Bielsa, Chile sale a buscar resultados y proponer algo. Pero con lo de Jarita nos vamos para un lado que no me gusta y que muchos critican. Así como morder a un jugador o los chanchullos de Grondona, esto no cabe dentro de 'las cosas del fútbol'. Es precisamente lo contrario, es aquello que empaña y ensucia algo tan, pero tan lindo. 

Miremos con detención. Aquí hay algo de fondo, la famosa frase acerca de que el fin no justifica los medios. Y creo que tiene razón. No podemos ganar a cualquier precio. Esto es lo mismo que todos los chilenos criticamos en casos como PENTA o SQM, con la única diferencia en que en este caso Chile sale beneficiado. Se trata de aprovecharse de las circunstancias y actuar ilícitamente mientras no te están viendo, sin valores ni principios de por medio. Es cumplir las reglas, jugar limpio, solo si me pillan. 

Yo creo en la roja, creo que tenemos una selección excepcional y que es capaz de lograr grandes cosas sin necesidad de jugar sucio. Desgraciadamente perdimos esa posibilidad. Ahora tenemos las manos manchadas por el gesto poco noble de uno de los nuestros, uno que nos representa, no es 'solo él' cuando viste la roja.  

¿Cómo no hablar del choque de Vidal? Entiendo que hay que perdonar los errores, Jesús mismo lo enseñó con su vida. Pero también me parece el amor también educa, por lo que no se puede continuar como si nada hubiera pasado.  Lo que pasa en el caso del rey Arturo, entre muchas otras cosas, es una disociación entre vida, valores y fútbol. Es tomar demasiado en serio la expresión 'lo que pasa en la cancha se queda en la cancha'. 

Afortunadamente, hay cosas rescatables y valorables en medio de todo esto. La complicidad y sentido del humor de Gary Medel, los gestos de agradecimiento y apertura hacia los demás de Alexis Sanchez, junto a lo que hacen en la cancha, nos dan clases y nos muestran lo bueno que han en el fútbol más allá del mismo. Incluso que Sampaoli haya perdonado un error de Vidal es signo de que el fútbol así como humano tiene algo de divino, y que las cosas no quedan solo en la cancha, sino que trascienden personas y realidades. Significa que lo bueno, que Dios mismo, no puede quedar totalmente fuera de una de las cosas más bellas del mundo: el fútbol.



miércoles, 10 de junio de 2015

Copa América 2015


Mañana empieza la Copa América y Chile vuelve a soñar. En medio de tiempos revueltos en política y educación, el fútbol ocupará parte importante de nuestra atención. Es así como este jueves reviviremos en parte lo que fue el mundial y una vez más quiero expresar que creo en la roja.

En Brasil estuvimos a punto de lograr una gran hazaña y lamentablemente no se pudo. Sin embargo, quedamos con un sano orgullo por lo mostrado, un juego que propuso y que nos hizo pensar que eran posibles cosas grandes. Los jugadores dieron lo mejor de sí, pero no fue suficiente. Ahora tenemos una ocasión para la revancha. Dentro de los próximos días tendremos la oportunidad de quitarnos el gusto amargo que nos dejó una la derrota apretada.

Si tras el mundial la fe del pueblo chileno se desmoronó, ahora tenemos motivos para volver a soñar. Todo el mundo fue testigo de que los milagros existen, como lo fue el triunfo frente a España, campeón de Sudáfrica 2010. Ciertamente no son milagros en estricto rigor. Los goles no cayeron del cielo, sino que fueron fruto del esfuerzo y dedicación de muchos, incluso a pesar de que los pronósticos eran desfavorables. En este caso va más allá de los jugadores y del técnico. Se trata también de los miles de hinchas que estaban alentando en el estadio y los millones que seguíamos el partido a la distancia.


Esto muestra lo que es la fe: creer en algo no por las razones, aunque parezca difícil. Claro que hay motivos para confiar en la selección, pero nuestra esperanza en Alexis, Arturo y compañía va mucho más allá. Sin duda, durante estos días la fe de los chilenos vuelve a emerger. Se trata un fenómeno que supera la lógica y los pronósticos, que aunque parezca imposible no lo es. Y, durante este mes tan particular, todos seremos testigos de que la fe es algo humano y casi tangible.

No obstante, se dice que vivimos en un mundo sin fe, pero ¿es realmente cierto? Me parece que no y el fútbol da cuenta de ello. Tan solo nos falta darle espacio, entenderla como parte de la vida. Verla como algo más natural de lo que se la considera. Así como en el deporte rey, el mundo está lleno de fe y también de milagros del día a día, cotidianos. Es increíble ver cuántas personas entregan por otras sin esperar nada a cambio, que trabajan por hacer del mundo un mejor lugar, sin importar raza o religión.


Ahora solo queda esperar nuevos milagros aquí en casa. Y es en esta fe sencilla donde hay un espacio para que Dios aparezca